Comenzó el trienio de preparación por los 120 años del fallecimiento de Madre Catalina
La celebración por el inicio del Año Jubilar coincidió con la apertura de los tres años de preparación para recordar el fallecimiento de Madre Catalina. El objetivo de este tiempo es conocer la persona de la fundadora de la Congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús.
Durante este año se profundizará en el sueño y la vocación de Madre Catalina. El próximo 2015, se hará énfasis en su misión, traducida en sus obras, que aún hoy tienen continuidad, como el colegio, el hogar, la casa de ejercicios espirituales y la misión. Por último, para el año 2016, el objetivo es cerrar el trienio abriéndose a las fronteras, “es lo que nos pide el Papa Francisco, dar a conocer el carisma de Madre Catalina en todas partes. Llegar a todas aquellas periferias existenciales y físicas con el testimonio de su vida”, expresó la Madre Marita. Es un año muy especial para la institución, no solo por el comienzo del trienio, sino también porque se está desarrollando en el proceso de canonización de Madre Catalina, ya que fue autora de un presunto milagro en la provincia de Tucumán. Este proceso, que comenzó en 2012, es similar a un juicio ordinario, ya que se está tratando de comprobar que el milagro que la Madre Catalina concedió ha sido tal. Para ello se tomaron testimonios a testigos y médicos.
Todas las pruebas y la documentación reunida fue enviada a Roma en febrero de 2013, donde se abrió una causa. En octubre pasado se obtuvo el decreto de aprobación, dando por finalizada la primera etapa de la denominada ‘fase romana’. En Roma, dos médicos tienen que examinar el milagro por separado y producir un voto. Luego una junta médica, por separado también, analiza el milagro. Se reúnen como colegio y votan. Después viene el examen de los teólogos que deben certificar que todo lo que se ha hecho ha sido conforme a la fe. El paso siguiente está a cargo de los Padres de la Congregación de la Santa Sede, integrada por cardenales y obispos que emiten su parecer. Finalmente, con esa aprobación, pasa al Santo Padre quien lo declara como milagro y fija la fecha y el lugar de la beatificación. “Esperamos que este proceso que en Roma está en pleno desarrollo pueda llegar a su culminación y tengamos la alegría de celebrar la beatificación de la Madre Catalina, seguramente será en Córdoba”, dijo en su homilía Monseñor Zecca, Arzobispo de Tucumán.