La Venerable Madre Catalina de María, se distinguió en la virtud de la gratitud, como demostración de ello, estableció el “otorgar Carta de Hermandad”. La Carta de hermandad, distingue a laicos y/o consagrados por su actitud de amistad y cooperación hacia el Instituto de las Hermanas Esclavas. Las personas que reciben Carta de hermandad, están llamadas a identificarse con el Corazón de Cristo y vivir el Carisma de la congregación Amar y Reparar. Las Hermanas, les hacen participar a los Hermanos de las “obras espirituales y meritorias que con la gracia de Dios se realizan en el Instituto, y que por los méritos del Corazón de Jesús obtengan aumento de gracia y eterna felicidad. Los Hermanos están llamados a: -propagar el culto al Corazón de Jesús, -colaborar con las obras de apostolado del Instituto, en misión compartida, en forma generosa y voluntaria, -ser presencia viva del amor del Corazón de Jesús en el mundo actual.